dijous, 27 d’agost del 2015

El nacionalisme perillós...

Billig sostiene que en las naciones estables, sin problemas identitarios, se produce un recordatorio permanente a sus ciudadanos de que constituyen una nación y, sin embargo, sus dirigentes políticos no son denominados «nacionalistas» a pesar de que el nacionalismo está siempre presente detrás de sus discursos, así como en los productos culturales, e incluso en la estructura de los periódicos (información nacional, información internacional). El profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid José Luis Sangrador, escribe en su libro Identidades, actitudes y estereotipos en la España de las autonomías, (Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1996): «Cuando los ciudadanos de estas “pequeñas” nacionalidades hacen gala de una fuerte identificación “nacional”, pueden ser tachados de “nacionalistas” por los grandes Estados-nación, que no parecen entender que ellos mismos no son otra cosa sino un producto histórico del nacionalismo. De este modo, y como advierte Billig (1995), el nacionalismo propio se presenta por el Estado-nación como una fuerza cohesiva y necesaria bajo la etiqueta de “patriotismo”, mientras que el nacionalismo “ajeno”, más aplicado a las nacionalidades subsumidas en tales Estados fuertes, se presenta como una fuerza irracional, peligrosa y etnocéntrica. (Fuente: Wikipedia)